Es claridoso como pocos, la lengua no le tiembla, cada mensaje expresado es un desafío a las sensibilidades más allá de la cuba con coca light; así es Ernesto “Neto” Coppel, el “enfant terrible” del turismo, hoy convertido en Don “provocateur” empresarial.
Solo bastó sentarse frente a nosotros -en una conferencia improvisada en el marco del VIP Summit de Los Cabos– para darnos su diagnóstico del turismo, muy a su estilo, como doctor que muestra las transparencias de la radiografía a través del negatoscopio; fue un dictamen claro, innegable a veces cruel, a veces hilarante.
Neto Coppel CEO del Grupo Empresarial Turístico Pueblo Bonito no se tienta el corazón para poner el dedo en la llaga; puede lanzar cuchilladas verbales contra valores turístico-culturales como Acapulco, con expresiones como: “Acapulco se acabó desde hace mucho y no le han dicho” que hace agitar a la conservadora sociedad turística, no porque sea mentira, solo que no se acostumbra a las verdades con reflectores.
Aclarando; esa frase fue en respuesta a pregunta expresa del reportero Alejandro de la Rosa de El Economista que cuestionó si Los Cabos se convertirá en un Acapulco a donde dejaron de ir los famosos.
Por eso se descosió con un veredicto del que rescato algunas frases: “Nooo no, es que Acapulco creció mucho sin orden, ¿y sabe que afectó mucho a Acapulco? Tener a México cerca, se lo chingaron los chilangos, siiiiiiii no nos hagamos.
¿Qué pasó en Acapulco?
¿Qué pasó en Acapulco? Que se empezaron a agarrar a balazos los taxistas en los lobbys de los hoteles caón…¿Cómo querías que regresaran (los artistas famosos) esto pasó desde los sesentas”. ¿Dijo Neto Coppel alguna mentira? quizá como dijera la clásica: “No es falso, pero se exagera”.
Las analogías que utiliza Neto Coppel se acercan a las de un standupero, pegan en el blanco de la conciencia levantando polvo de humor, burlándose hasta de el mismo, como cuando suelta este comentario: ”Los de billete vienen a Los Cabos, los otros van a Ixtapan de la Sal”, luego reconviene y ríe para sí, “ya me van a cagar por decir esto”.
En su narrativa Neto Coppel reparte parejo, lo mismo al gobierno local que al federal, no se guarda nada: “Están todas las carreteras bloqueadas papi y mantas amenazando de que te voa matar y que la chingada…¡uta! ¿Quién crees que va a querer ir? Mazatlancito está sufriendo por eso…ahí hace falta que el gobierno nos ayude a tener paz…Yo tengo un acuario en Mazatlán que hice con el ayuntamiento, es una PP…pero desde que empezó el desmadre en Culiacán se me cayeron las ventas del acuario porque el 80 por ciento de la gente que me cae, ¡viene por carretera cabrón!”
Neto Coppel: La polémica es su esencia
Neto Coppel de 77 años de edad y 51 años dentro del turismo, disfruta del contrapunteo, aunque no muy seguido -la última polémica fue hace ocho meses por declarar que las bandas sinaloenses en las playas ahuyentan al turismo- aún así, no para, dice lo que siente, lo que le afecta, sin asomo de pudor, cada mensaje es un desafío a las instituciones y parece más rebelde y transgresor de lo que es, ya que se desenvuelve en la materia turística, distinguida por reaccionar de manera sensible a cualquier crítica.
Otra de sus declaraciones que descubre el mapa de la relación del gobierno federal con los empresarios turísticos y que permite asomarse a la realidad del turismo en nuestro país, es cuando expresa:”Nadie nos hace caso y si nos escuchan, nos dan el avión, no somos importantes para ellos, es más, les caemos gordos ¡les molesta! y somos los que creamos todos los empleos del país”.
Así las netas de Neto Coppel, un hombre que nunca ha necesitado ser políticamente correcto; medio bronco, medio bocafloja, pero siempre auténtico.
Al final sus verdades incomodan tanto como inspiran.